Trato de hacer las clases lo más dinámicas posible. Leer una presentación en PowerPoint me parece aburrido, incluso para mí. Sí uso presentaciones, pero solo para mostrar imágenes de referencia, ejemplos visuales y cosas que realmente aporten. No me gusta llenar la pantalla de texto ni dar clases monótonas donde solo hablo yo y los demás escuchan sin participar. Me gusta que las clases se sientan...
Trato de hacer las clases lo más dinámicas posible. Leer una presentación en PowerPoint me parece aburrido, incluso para mí. Sí uso presentaciones, pero solo para mostrar imágenes de referencia, ejemplos visuales y cosas que realmente aporten. No me gusta llenar la pantalla de texto ni dar clases monótonas donde solo hablo yo y los demás escuchan sin participar. Me gusta que las clases se sientan vivas, que haya diálogo, que podamos compartir ideas y aprender entre todos.
Prefiero preguntarles a mis alumnos qué les gustaría aprender, en vez de imponerles un camino único. Creo que cada persona tiene intereses y formas distintas de crecer, y si tomamos eso en cuenta, el avance no solo es más fácil, también es más real. Enseñar no es dar órdenes, es acompañar. Me interesa que cada alumno se sienta cómodo, motivado y con ganas de seguir creando.
No busco que repitan lo que yo hago, sino que encuentren su estilo, su forma de ver el mundo, y lo lleven al papel con confianza. Esa libertad es clave. Cuando alguien se siente escuchado, cuando nota que su opinión importa y que sus gustos son válidos, algo cambia: el miedo desaparece, y lo que queda es creatividad pura.
Mis clases no son un molde que todos deben seguir. Son un espacio para crecer, descubrir, experimentar y equivocarse sin miedo. Aprender arte no debería ser una presión, sino una aventura. Si buscas clases donde te hablen como a una persona, no como a un número más, y donde realmente puedas soltar la mano y soltar la cabeza, entonces este espacio es para vos.
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