Como docente, mi metodología se basa en un enfoque dinámico que combina contenido sólido con una dinámica activa en el aula. Creo firmemente que el aprendizaje es más efectivo cuando el estudiante no solo recibe información, sino que interactúa con ella, la cuestiona y la aplica a su realidad.
En cada clase, parto de una estructura clara: establezco objetivos, desarrollo los contenidos de manera...
Como docente, mi metodología se basa en un enfoque dinámico que combina contenido sólido con una dinámica activa en el aula. Creo firmemente que el aprendizaje es más efectivo cuando el estudiante no solo recibe información, sino que interactúa con ella, la cuestiona y la aplica a su realidad.
En cada clase, parto de una estructura clara: establezco objetivos, desarrollo los contenidos de manera ordenada y cierro con una síntesis que permita consolidar lo aprendido. Sin embargo, mantengo la flexibilidad necesaria para adaptarme al grupo, sus intereses y su ritmo.
El contenido que imparto es siempre conceptualmente sólido, fundamentado y pertinente. Lo preparo con cuidado, pero lo ajusto para que responda al perfil del grupo, ya sea juvenil, adulto, universitario o en un contexto de capacitación laboral.
La dinámica de mis clases es el motor que impulsa la participación. Busco un ritmo vivo, evitando la monotonía, e incorporo pausas activas, preguntas detonadoras y actividades prácticas que fomenten la reflexión y el trabajo colaborativo. Para mí, la enseñanza no es un monólogo, sino un diálogo constante entre el conocimiento y la experiencia de los participantes.
En resumen, mi compromiso es ofrecer un aprendizaje significativo a través de una combinación de contenido sólido, dinámica activa y adaptabilidad, para que cada estudiante no solo aprenda, sino que también se sienta motivado e implicado en su propio proceso de formación.
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