Soy Iran, estudiante de Ingeniería Aeronáutica en el IPN, y mi historia con las matemáticas no fue sencilla. Durante la primaria y gran parte de la secundaria tuve muchas dificultades para entenderlas: las explicaciones de los maestros me parecían confusas, no lograba hacer las tareas y, aunque mis compañeros intentaban ayudarme, tampoco podían explicar algo que ellos mismos apenas comprendían. T...
Soy Iran, estudiante de Ingeniería Aeronáutica en el IPN, y mi historia con las matemáticas no fue sencilla. Durante la primaria y gran parte de la secundaria tuve muchas dificultades para entenderlas: las explicaciones de los maestros me parecían confusas, no lograba hacer las tareas y, aunque mis compañeros intentaban ayudarme, tampoco podían explicar algo que ellos mismos apenas comprendían. Todo cambió en mi último año de secundaria, cuando tuve una maestra que enseñaba con verdadera pasión y energía. Gracias a ella, empecé a tomar confianza y descubrí que las matemáticas no eran acertijos imposibles, sino desafíos interesantes que podía resolver. Esa experiencia marcó mi vida. Con el tiempo, me di cuenta de que yo también tenía la habilidad de explicar de forma clara y paciente, y comencé ayudando a compañeros y amigos que estaban en la misma situación que yo alguna vez viví. Así nació mi deseo de enseñar. Hoy doy clases particulares con el propósito de acompañar a cada estudiante en su propio proceso, de ser ese apoyo que yo necesité y de presenciar ese momento en el que pasan del “no puedo” al “¡ya entendí!”. Enseñar, para mí, es una forma de retribuir lo que un buen maestro puede lograr: transformar la frustración en comprensión y la duda en confianza. Mi objetivo es que las matemáticas te resulten lógicas, prácticas y hasta interesantes. Porque cuando comprendes lo que haces, todo empieza a tener sentido y los resultados mejoran solos. Cada estudiante aprende de manera distinta, y mi trabajo es ajustarme a tu ritmo, tus dudas y tu forma de pensar. Si necesitas que repita algo diez veces, lo hago. Si aprendes mejor con ejemplos visuales o problemas de la vida real, los busco. Lo importante es que entiendas, no que memorices. Además, mis clases son dinámicas y participativas. No me gusta que el alumno solo escuche; quiero que interactúe, pregunte y descubra por sí mismo cómo llegar a la respuesta. Así el aprendizaje se vuelve mucho más natural y duradero. Y sí, me tomo el tiempo necesario. Ese momento en que todo encaja es lo que me motiva a seguir dando clases. Si alguna vez sentiste que las matemáticas no estaban hechas para ti, déjame demostrarte que sí puedes aprender, solo necesitas la forma correcta.
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