Era el año de 1990, lo recuerdo muy bien, iba en el séptimo semestre de la carrera de ingeniería mecánica. Había reprobado dos materias: una de ellas métodos numéricos y la otra creo era transformadas integrales, de esa sí no me acuerdo muy bien porque decidí al último momento volver a cursarla. Confieso que no era un estudiante de nueves y dieces, me gustaba la pachanga, me sigue gustando, no sé si es bueno o malo, pero para mí es bueno.
Me preguntarán: - Profe: ¿Y en qué universidad estudió? a lo que les contestaría: - En la gloriosa U.A.E.M. (Universidad Autónoma del Estado de Morelos) Ah sí, gloriosa porque ¿Saben? Es una universidad que tiene un alto nivel académico, que ¿Por qué lo digo? ¡Porque así es! Cuando egresé y comencé a dedicarme a este negocio, de la docencia, pude darme cuenta en los alumnos que tuve de escuelas caras como el ITESM, ay perdón ya hice comercial, que a pesar de que pagan un dineral y no tienen el mismo programa que una universidad les enseñan poco, sí poco, ellos llevan materias que ven en un semestre (entre comillas) porque en realidad son cuatro meses y nosotros las llevamos a veces hasta en dos semestres. Por ejemplo: cinemática, un semestre, dinámica otro semestre, más sus respectivos laboratorios. Ellos llevan lo que llaman física (cinemática y dinámica) en ¡cuatro meses!.
Bueno la historia continuará... Hasta la próxima ocasión, síganme leyendo.